La crisis financiera
y económica desatada en el año 2008 ha llevado a los Estados a replantear
nuevos esquemas y métodos de producción alternativos a los tradicionales,
volcando su mirada a las riquezas que podían proporcionarle sus recursos
naturales. Los primeros enfoques mostraban que la recuperación económica
parecería que no podrá darse bajo las premisas tradicionales de una economía
basada en el carbono. Los diversos debates que se propiciaron en las grandes
economías y aquellas no tan grandes sobre cuáles serían los retos y desafíos
que debían superar para retomar el crecimiento económico ha dado como resultado
una toma de conciencia en cuanto a darle un mayor valor a los recursos
naturales a fin de asegurar un crecimiento económico mundial sostenible, he
aquí entra en juego una vez más el preponderante papel de las energías
renovables.
Datos suministrados
por la Agencia Internacional de Energía, establecen que las energías renovables
ascienden a casi el 29% del suministro total de la energía primaria en los
países Latinoamericanos, cifra relativamente alta en comparación con la cuota
del 5,7% de energías renovables de los países de la OCDE.
Asimismo, además del
espacio para la energía del agua y los biocombustibles (que representan un 36%
del total de energías renovables) los países de América Latina tienen un gran
potencial en el desarrollo de energías limpias. Los países Latinoamericanos,
están expuestos a unos fuertes y constantes vientos que pueden ser aprovechados
para la generación de energía eólica. Por ejemplo, se calcula que Brasil podría
llegar a los 140.000 MW de energía del viento, seguido de México con 40.000 MW,
Colombia con 20.000 MW o Argentina o Venezuela que podría llegar a producir
10.000 MW. Asimismo, la energía solar
también está distribuida por gran parte de las regiones.
Los impactos en los
precios internacionales de la energía, el acceso a los mercados internacionales
del carbono, la disponibilidades de fondos externos adicionales para la
inversión en energías limpias, en eficiencia energética y en reducción de
emisiones, las presiones políticas y comerciales basadas en las diferencias
regulatorias entre la región y sus mercados de exportación son algunas de las
dificultades que han experimentado muchas de nuestras economías, situación que
nos ha llevado a propuestas de energías limpias, nuevos métodos de crecimiento
y utilización de los recursos naturales.
En el año 2010 la
Asamblea General de las Naciones, basándose en los principios de la Declaración
de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (1992), recordando además las
recomendaciones y conclusiones contenidas en el Plan de Aplicación de las
Decisiones de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (2002), relativas a la energía para el desarrollo
sostenible, así como la resolución 1980/67 del Consejo Económico y Social, del
25 de julio de 1980, sobre los años internacionales y aniversarios, y las
resoluciones de la Asamblea General 53/199, del 15 de diciembre de 1998, y
61/185, del 20 de diciembre de 2006, sobre la proclamación de años
internacionales, entre otras, decide proclamar el año 2012 Año Internacional de
la Energía Sostenible para Todos.
Esta decisión
deviene en gran medida por la preocupación de la Asamblea General porque en los países en desarrollo, más de tres mil millones de personas dependen de
la biomasa tradicional para cocinar y como fuente de calefacción, porque mil
quinientos millones de personas carecen de electricidad y porque millones de
pobres no pueden pagar estos servicios energéticos modernos, incluso si están
disponibles.
La Asamblea
reconoce que el acceso a servicios energéticos modernos y asequibles en los
países en desarrollo es esencial para lograr los objetivos de desarrollo
convenidos internacionalmente, incluidos los Objetivos de Desarrollo del
Milenio, y el desarrollo sostenible, lo cual ayudaría a reducir la pobreza y a
mejorar las condiciones y el nivel de vida de la mayoría de la población
mundial, por tanto pone de relieve la importancia de invertir en el acceso a
opciones de tecnología energética menos contaminante y en un futuro con
capacidad de adaptación al cambio climático para todos, así como la necesidad
de mejorar el acceso a recursos y servicios energéticos para el desarrollo
sostenible que sean fiables, de costo razonable, económicamente viables,
socialmente aceptables y ecológicamente racionales, y tomando en consideración
la diversidad de las situaciones, las políticas nacionales y las necesidades
específicas de los países, en particular los países en desarrollo.
Poniendo de
relieve también la necesidad de adoptar más medidas para estimular la
aportación de recursos financieros suficientes, de buena calidad y que lleguen en el momento oportuno, reafirma así
la Asamblea General el apoyo a la aplicación de políticas y estrategias
nacionales que combinen, cuando corresponda, un mayor uso de fuentes de energía
nuevas y renovables y tecnologías de bajas emisiones, un uso más eficiente de
la energía, un mayor uso de tecnologías avanzadas, incluidas tecnologías menos
contaminantes para el aprovechamiento de los combustibles fósiles, y el uso
sostenible de recursos energéticos tradicionales.
Se plantea
un mayor acceso a servicios energéticos modernos, fiables, asequibles y
sostenibles y a una mayor capacidad nacional para atender a la creciente
demanda de energía, cuando corresponda, con el apoyo de la cooperación
internacional en este ámbito y la promoción del desarrollo y la difusión de
tecnologías energéticas adecuadas, asequibles y sostenibles y la transferencia
de esas tecnologías en condiciones mutuamente convenidas a los países en
desarrollo y los países de economía en transición.
Es
importante hacer mención que la Asamblea General de las Naciones Unidas:
1. Observa los esfuerzos desplegados por el
sistema de las Naciones Unidas por asegurar el acceso a la energía para todos y
proteger el medio ambiente mediante el uso sostenible de recursos energéticos
tradicionales, tecnologías menos contaminantes y fuentes de energía más nuevas;
2. Solicitó al Secretario General que, en
consulta con los organismos competentes del sistema de las Naciones Unidas y
ONU-Energía, y teniendo presentes las disposiciones de la resolución 1980/67
del Consejo Económico y Social, organice y coordine las actividades que se
vayan a realizar durante el Año Internacional;
3. Alienta a todos los Estados Miembros, al
sistema de las Naciones Unidas y a todos los demás agentes a que aprovechen el
Año Internacional para concienciar sobre la importancia de abordar los
problemas energéticos, en particular los servicios energéticos modernos para
todos, el acceso a servicios de energía asequibles, la eficiencia energética y
la sostenibilidad de las fuentes y del uso de la energía, con el fin de
alcanzar los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente, incluidos
los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y asegurar el desarrollo sostenible y
la protección del clima mundial, y para promover medidas a nivel local,
nacional, regional e internacional;
El año
internacional de la Energía Sostenible para todos ofrece una valiosa
oportunidad para afianzar y fomentar la toma de conciencia sobre inmensurable
papel de aumentar el acceso sostenible a la energía, la eficiencia energética y
la energía renovable en el ámbito local, regional, nacional e internacional.
La energía y el desarrollo sostenible
Entre la energía y
el desarrollo sostenible existe una evidente relación que pone de relieve la
importancia de la energía moderna que involucre amabilidad con el medio
ambiente, menos contaminante y eficiente para erradicar la pobreza.
Con la puesta en marcha
de sistemas energéticos sostenibles en zonas de difícil acceso de los medios
tradicionales de suministro de energía estamos ayudando a reducir la pobreza y
mejorar las condiciones de vida de la mayoría de la población mundial.
Una tecnología necesaria
Una tarea
fundamental para los Estados es invertir en la adquisición de tecnologías
energéticas limpias, adaptando las necesidades de la población a estas,
contribuyendo con la descontaminación en nuestras zonas urbanas y rurales. Con
iniciativas con estas estamos mejorando el acceso a recursos y servicios
energéticos para el desarrollo sostenible, energías fiables, con bajo costo,
económicamente viables, socialmente adaptables y ecológicamente racionales.
Necesario para
nuestros países es adoptar medadas para estimular la aportación de recursos
financieros suficientes, de buena calidad y que lleguen en tiempo oportuno, así
como la transferencia de tecnología avanzada a los países en desarrollo y
países con economías en transición para facilitar un uso más amplio y eficiente
de las fuentes de energía, en particular las fuentes de energía nuevas y
renovables.
Faltan políticas
energéticas?
Venezuela al igual
que muchos otros países en América Latina requieren de políticas nacionales que
establezcan estrategias avocadas al mayor uso de las fuentes de energías nuevas
y renovables y de tecnologías de baja emisión de gases de efecto invernadero,
incluyendo en estas tecnologías menos contaminantes para el aprovechamiento de
los combustibles fósiles, y el uso sostenible de servicios energéticos
tradicionales, aumentando la capacidad energética nacional para atender a la
creciente demanda de energía. Organismos de cooperación internacional,
promocionan, financian y desarrollan estrategias de difusión u utilización de
tecnologías energéticas adecuadas, asequibles y sostenibles.
La ONU-Energía, un
grupo de coordinadores de 20 organismos de las Naciones Unidas, preparan una
nueva iniciativa mundial, Energía Sostenible para Todos, iniciativa que hará
partícipes a los gobiernos, el sector privado y asociados de la sociedad civil
en todo el mundo para lograr tres objetivos importantes para 2030:
-
Garantizar el acceso universal a servicios energéticos
modernos
-
Reducir la intensidad energética mundial en un 40% e,
-
Incrementar el uso de la energía renovable a nivel mundial al
30%.
Algunas buenas nuevas
Argentina
impulsó la Ley Federal de Fomento de la Energía Eólica, proyecto conjunto de la
Secretaría de Energía de la Nación con el Consejo Federal de Energía Eléctrica,
con el objeto de alcanzar una contribución de las fuentes renovables de energía
del 8% del consumo de energía eléctrica nacional.
La Cámara de
Diputados de México aprobó en 2005 la Ley para el Aprovechamiento de las
Energías Renovables y entre otros instrumentos esta prevé la creación de un
fideicomiso de 55 MM US$/año que permitirá que las energías Renovables alcancen
este 2012 el 12% de la generación nacional.
En el año
2007 se aprueba en República Dominicana la Ley 57- 07 de Incentivos a las
Energías Renovables y sus Regímenes Especiales, la cual vienen a regular una
serie de ventajas que posee la isla en materia de aprovechamiento de recursos
naturales, considerando que la isla no dispone de fuentes fósiles conocidas
hasta el presente en cantidades comerciables.
En 2008 se
aprueba en Chile el proyecto que modifica la Ley General de Servicios
Eléctricos para incentivar el uso de energías renovables. Esta ley persigue ir
más allá de los incentivos establecidos en las leyes eléctricas Corta I y II,
con el objetivo de hacer económicamente posible la incorporación de la
generación eléctrica de fuentes no convencionales, estableciendo una licitación
aparte para la reserva del 5% entre los generadores que están obligados a
generar este porcentaje de energía.
Los beneficios de la Energía Renovable
Los
sistemas de energía renovable a gran escala tales como las granjas eólicas, la
electricidad de biomasa y la energía hídrica y geotérmica ofrecen considerables
ventajas económicas, ambientales y de seguridad energética que las autoridades
políticas deberían tener en cuenta al considerar reformas que diversifiquen la
cartera de generación de energía. Estas ventajas incluyen:
-
Estabilidad a largo plazo de tarifas
competitivas.
-
Reducción de la vulnerabilidad ante
interrupciones en el abastecimiento de combustible.
-
Flexibilidad de la distribución y suministro
de energía a los hogares de las zonas periféricas y rurales.
-
Minimización de la emisión de
contaminantes que producen el efecto invernadero (cambio climático).
-
Minimización de los contaminantes en
el plano local, incluyendo la emisión de contaminantes en el agua y el aire.
-
Atracción de inversiones destinadas a
proyectos de infraestructura local
-
Creación de empleos en el sector de la
alta tecnología.
-
Muchos sistemas son modulares y pueden
expandirse según el aumento de la demanda.
Jesús
Rodríguez Miranda
Politólogo y Abogado
rodriguezmirandajesus@aol.es